Reconozco que, a pesar de que el cine me apasiona, aún me queda mucho por ver del que llamamos Clásico. Un sábado, después de una estupenda comida en familia, disfrutamos de Charada, una película de 1963, Techinicolor.

Ella representa a la despreocupada mujer de un hombre que acaba de ser asesinado en extrañas circunstancias, y con peligrosas implicaciones para ella. Él la ayudará como buen galante de otra época a mantenerla a salvo. Pero no es oro todo lo que reluce...
¡Sed felices!
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