
Como amante de la música clásica, del ballet y de la ópera, recomiendo la experiencia personal de acercarse al teatro. Lo que puedes sentir en una de esas butacas, transportado a otro mundo de sensaciones, de música, de colores y de historias no se puede expresar fácilmente con palabras: hay que vivirlo. El jueves que viene veré otra representación en el teatro, solo diré que esta vez no es una ópera. Yo no lo dudo, es una inversión y siempre lo ha sido.
¡Sed felices!
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