Bajamos a un sótano, a una sala oscura y medio escondida para ver la representación de “La fundación”. Hacía mucho que no iba al teatro. Pero se apagaron las luces, apareció un hombre con barbas y traje al frente del escenario y entramos en La Fundación. Ya no nos sentábamos en unas butacas, entre en un público variado que se emocionaba con lo que venía,.. Habíamos llegado a un mundo extraño, y al mismo tiempo cercano que variaba constantemente. No os contaré de qué va la obra, para ello podéis leerla o ir a verla, os diré que me llegó.
Y llevaba mucho tiempo sin ir al teatro. Y me volví a emocionar, y volví a viajar a un mundo que no es más que un amplio espejo en el que mirarnos y mirar la sociedad donde vivimos. ¿Qué es vida, qué es sueño? ¿Somos libres o solo esclavos de nuestra sociedad y contexto? ¿Podemos decidir qué hacer? ¿Realmente lo hacemos? Estas y otras muchas preguntas me plantea el teatro.
Y llevaba mucho tiempo sin ir al teatro. Y me volví a emocionar, y volví a viajar a un mundo que no es más que un amplio espejo en el que mirarnos y mirar la sociedad donde vivimos. ¿Qué es vida, qué es sueño? ¿Somos libres o solo esclavos de nuestra sociedad y contexto? ¿Podemos decidir qué hacer? ¿Realmente lo hacemos? Estas y otras muchas preguntas me plantea el teatro.
Os aconsejo la obra, os la aconsejo como una de las mejores obras de teatro de la Literatura española más reciente (estrenada el 16 de enero de 1974 en el teatro Fígaro de Madrid). Pero os aconsejo más que vayáis al teatro, que os dejéis atraer por el mundo que nos plantea, y que os dejéis engañar una noche para hacer algo que ya nadie hace. ¡Disfrutad!
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